Desde que comenzado el año, en Colombia han sido asesinados 30 defensores de los derechos humanos y otros 194 han sufrido violencia y maltrato en sus labores de este campo.
Un centro de estudios, conformado por varias organizaciones no gubernamentales, realizó un documento en el cual se hizo
"En promedio, entre enero y junio de 2014, cada día fue agredido un defensor y cada seis días fue asesinado uno de ellos", recoge el informe en una de sus demoledoras conclusiones.
Este ascenso se motivó por la coyuntura colombiana en estos meses, donde se han sucedido procesos electorales, huelgas campesinas y la libertad de paramilitares que cumplieron una pena estándar de ocho años de cárcel.
A esto se suman las protestas campesinas de los últimos meses y la salida de prisión de paramilitares que se acogieron a la Ley de Justicia y Paz,esta ideada por Uribe para la desmovilización en 2006 de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).
"Existe un temor generalizado a que estos ex-paramilitares salgan a las calles y continúen con sus actividades delictivas o peor aún, busquen venganza y represalias contra quienes declararon en su contra", sostiene dicho informe.
Esto no es raro, ya que la mitad de las agresiones son llevadas a causa de los paramilitares.
Según el informe, en 31 % de los casos su autoría resulta desconocida, mientras que el 16 % corresponde a lo que es la Fuerza Pública, el 2 % a las FARC y el 1% al ELN, la segunda guerrilla del país.
En los primeros seis meses, los líderes comunales, indígenas, de víctimas y de restitución de tierras fueron "el blanco fácil " del total de 194 agresiones, que en su mayoría fueron por amenazas (105), asesinatos (30), atentados (29) o detenciones arbitrarias (18), entre otros.
Siendo asi, el número de homicidios descendió 18 % si se compara con los 37 asesinatos registrados en el primer semestre del año anterior.
Esto llama la atención ya que el total de asesinados fueran hombres, y la escasa protección con la que ellos contaron, pues de los 30 defensores fallecidos, 18 habían denunciado amenazas, e incluso cuatro de las muertes ocurrieron dos días después de recibir el aviso.
La ONG (Organización no Gubernamental) califica de "preocupante" ya que tres de los activistas contaban con medidas de protección por parte de la Policía, lo que muestra que "siguen siendo evidentes los altos niveles de planeación y seguimiento de los asesinos".
La mayoría de estos ataques, por lo general ocurrieron cerca de sus trabajos o domicilios, se produjo con arma de fuego en 24 de los 30 casos, y cinco de los activistas sufrieron tortura antes de morir.
La ONG (Organización no Gubernamental) califica de "preocupante" ya que tres de los activistas contaban con medidas de protección por parte de la Policía, lo que muestra que "siguen siendo evidentes los altos niveles de planeación y seguimiento de los asesinos".
La mayoría de estos ataques, por lo general ocurrieron cerca de sus trabajos o domicilios, se produjo con arma de fuego en 24 de los 30 casos, y cinco de los activistas sufrieron tortura antes de morir.
Por departamentos, resulta más peligroso para los activistas Valle del Cauca (suroeste) con 34 casos, Santander (centro) con 25 incidentes, y Caquetá (sur) con 21 ataques.
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