martes, 9 de septiembre de 2014

Eleanor Rooselvet (1884-1962)


         Eleanor Roosevelt sosteniendo la Declaración Universal de los Derechos Humanos en español.

Activista y diplomatica en la comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Eleanor Roosevelt fue la fuerza impulsora que en 1948 creó la declaración de libertades que siempre será su legado: La Declaración Universal de Derechos Humanos.
Nació  en la ciudad de Nueva York el 11 de octubre de 1884 ,Eleanor se casó con el político en auge Franklin Delano Roosevelt en 1905 y se involucró completamente en el servicio público. 
 Llegaron a la Casa Blanca en 1933 como Presidente y Primera Dama, ella ya estaba profundamente involucrada en todo lo relacionado en cuestiones de derechos humanos y de justicia social. Continuo con  su trabajo en nombre de toda la gente y  abogó por derechos iguales para mujeres, trabajadores afroamericanos en la época de la depresión, dando inspiración y atención a sus causas. 

Valientemente y con franqueza, apoyó públicamente a Marian Anderson (Cantante estadounidense e icono de la lucha racial americana) cuando en 1939 se le negó a  cantante negra el uso de la Sala Constitución de Washington debido a su raza. Eleanor Roosevelt se encargó de que en vez de ello, Anderson cantara en los escalones del monumento conmemorativo a Lincoln, creando una imagen perdurable e inspiradora de valentía personal y derechos humanos.


En 1946, Roosevelt fue nombrada delegada en las Naciones Unidas por el Presidente Harry Truman, quien había llegado a la Casa Blanca después de la muerte de Franklin Roosevelt en 1945. Como cabeza de la Comisión de Derechos Humanos, jugó un papel decisivo en la formulación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la cual presentó a la Asamblea General de las Naciones Unidas con estas palabras:
“Nos encontramos hoy en el umbral de un gran acontecimiento tanto en la vida de las Naciones Unidas como en la vida de la humanidad. Esta declaración bien puede convertirse en la Carta Magna internacional para todos los hombres en todo lugar”.

Llamada por el Presidente Truman “Primera Dama del Mundo” por sus logros humanitarios a lo largo de toda su vida, Roosevelt trabajó hasta el fin de su vida para conseguir la aceptación e implementación de los derechos establecidos en la Declaración. El legado de sus palabras y su trabajo aparece en las constituciones de gran número de naciones y en un cuerpo de ley internacional en evolución que ahora protege los derechos de hombres y mujeres por todo el mundo.



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